Hábitos de Autocuidado




Hábitos de autocuidado en tiempos de cuarentena

El autocuidado se refiere a las acciones cotidianas adoptadas por una persona, familia o grupo para cuidar su salud física y mental. En los momentos que estamos viviendo como país se hace aún más necesario el adoptar acciones que nos permitan prevenir trastornos que alteren nuestra calidad de vida.
El autocuidado se puede desarrollar en las siguientes categorías:
1.        Búsqueda y resignificación del significado y propósito de vida: El estar en casa nos entrega la oportunidad de reflexionar sobre nuestras acciones, evaluarlas y tomar decisiones en relación a ellas, por ejemplo, retomar actividades que en algún momento fueron importantes, retomar contacto con ciertas personas, emprender nuevos proyectos, etc. Lo fundamental es darle forma a esas ideas e intentar concretarlas en la medida que las circunstancias lo permitan.
2.        Relaciones sociales y de convivencia: El convivir la mayor parte del día juntos en casa y además bajo un contexto de tensión e incertidumbre puede debilitar las relaciones familiares y generar roces. Para mantener relaciones sanas es importante mantener una comunicación fluida con espacios para conversar acerca de los miedos y expectativas de cada uno, además de una distribución justa de tareas del hogar.
3.        Mantenerse activos: Hacer ejercicio físico de intensidad acorde a la condición física de cada miembro de la familia es una actividad que permitirá mejorar la resistencia física, reducir la sensación de fatiga y aumentar nuestro bienestar. Es importante que la actividad física sea un momento en que la familia se pueda reunir e ir incorporando desafíos progresivos de resistencia, dificultad, etc.
4.        Recreación y disfrute: Hacer actividades que sean de nuestro agrado es fundamental para mantener una sana salud mental. Si es posible, podemos incorporar actividades que involucren a otros miembros de la familia como ver una película, cocinar algo, jugar, etc.
5.        Disciplina y buena salud: Los hábitos forman al ser humano, por lo tanto, es importante mantener rutinas de sueño, alimentación y actividad física que nos ayuden a regular nuestro metabolismo y mantener niveles de energía adecuados a lo largo del día.
6.        Tratamiento de síntomas y enfermedades: Tanto a nivel físico como mental es importante estar atento a cómo nos sentimos, conversar acerca de cómo nuestro cuerpo se ha ido adaptando a los cambios de rutinas y sobre todo de cómo nos sentimos frente a la situación que estamos viviendo y buscar apoyo especialista si es necesario.
Por último, es importante evitar exponernos a la sobre información, es decir, evitar el uso excesivo de redes sociales y ver demasiada televisión ya que imposibilita la relajación al ponernos en un constante estado de alerta ante la situación mundial. Más relevante aún es evitar exponer a los niños a esta sobre información ya que en su mayoría aún no cuentan con la capacidad de asimilar correctamente la información que reciben, lo que aumenta la sensación de inseguridad e incertidumbre.
Si algún apoderado requiere orientación para sí mismo o para sus pupilos, no duden en escribirme a mi mail sara.poblete.h@gmail.com

   
 



               



           MANEJO DE LA ANSIEDAD EN NIÑOS, NIÑAS Y ADOLESCENTES

Como país estamos viviendo una crisis sanitaria que no solo ha impactado a las personas que padecen COVID-19, sino a cada una de las familias chilenas que han visto modificadas sus rutinas y que además, en su inmensa mayoría, miran con incertidumbre su futuro.
Frente a este escenario, es normal que nuestro ánimo y humor varíe de acuerdo al día y que estemos más a la defensiva. Este cambio también se replica en los niños, niñas y adolescentes quienes, acostumbrados a mantener una rutina en el colegio, salir, compartir con sus amigos, etc se han visto obligados a permanecer en casa, muchas veces sin entender completamente, porque deben hacerlo.
La ansiedad en los niños, niñas y adolescentes se manifiesta de diversas formas, desde cambios en la rutina de sueño, hasta un humor irritable la mayor parte del día. A continuación, revisaremos algunas manifestaciones de la ansiedad, para luego compartir algunas técnicas para su manejo:
Signos de ansiedad en niños, niñas y adolescentes:
-          Conducta nerviosa: Preguntas recurrentes sobre lo que va a pasar, cuando va a terminar, lo que está pasando en otros países; además de manifestaciones físicas como excesivo movimiento, hablar muy rápido, mover repetitivamente los pies o manos, etc.

-          Dolores corporales: Manifestaciones de dolor de cabeza y de estómago y búsqueda de acompañamiento del adulto cuidador ante los malestares.

-          Cambios en la rutina de sueño: Se puede manifestar a través de hipersomnia (sueño excesivo y en horarios en que antes no tenía) o insomnio (dificultad para conciliar o mantener el sueño). También es normal que busquen dormir acompañados, aun cuando ya habían logrado autonomía en este ámbito.

-          Aumento o disminución de peso: En algunos niños o adolescentes se puede observar rumiación (“picoteos” entre comidas), excesiva velocidad al comer y búsqueda de alimentos que contienen una alta carga de carbohidratos. En otros casos, las manifestaciones de ansiedad son contrarias y se expresan a través de pérdida del apetito, rechazo a ciertos alimentos, evasivas a comer en familia, etc.
Recuerde que cada niño, niña o adolescente es distinto, por lo tanto, las manifestaciones de ansiedad no serán iguales para todos. Lo más importante es estar atentos a los cambios en la conducta que se puedan observar y conversar regularmente acerca de lo que sienten o piensan.
Si reconocemos alguno de los signos antes descritos, es importante tomar las siguientes medidas:
1)       Conversar acerca de lo que están sintiendo y transmitir tranquilidad intentando resolver sus dudas, planificando actividades posibles de realizar en casa, manteniendo comunicación con tíos, abuelos u otros miembros de la familia extendida por medios remotos (Whatsapp, videollamada, etc).

2)       No castigar los sentimientos negativos: Si nosotros como adultos nos sentimos tensos ante la situación actual, los niños y adolescentes lo resienten aún más, ya que en su mayoría aún no cuentan con las estrategias para regular sus pensamientos recurrentes y buscar soluciones concretas. Por esta razón, es importante que el adulto cuidador escuche y no emita juicios ni ridiculice las emociones o sentimientos manifestados por el menor.

3)       Mantener rutinas en el hogar: Estar en casa y compartir gran parte del día en familia puede ser complejo si no existe una adecuada distribución de tareas y actividades. Para intentar mantener una sana convivencia en el hogar debemos asignar tareas de ayuda adecuadas a la edad de cada niño y felicitarle cada vez que las cumpla, complementando éstas con sus actividades escolares y momentos para el ocio y la recreación.

4)       Ajustar el metabolismo: La alimentación y el sueño son imprescindibles para el ser humano, y, además, deben seguir una pauta horaria que asegure una distribución pareja de la energía durante el día. Para esto, es fundamental mantener horarios de sueño y alimentación adecuados a la edad de los menores ya que de esta forma no desregularemos su reloj biológico.

5)       Evitar la sobreinformación: Los niños y adolescentes están expuestos a información a través de televisión, internet, diarios, etc. Este acceso a la información tiene aspectos positivos, pero también los deja expuestos a información que muchas veces no logran entender realmente y los lleva a asumir como ciertas las ideas que logran extraer y que muchas veces representan una amenaza para ellos. Para evitar esto, es importante que les transmitamos información concreta y en un vocabulario adecuado a la edad, además de dar espacio para que resuelvan sus dudas acerca de la situación que estamos viviendo.

Si algún apoderado requiere orientación para sí mismo o para sus pupilos, no duden en escribirme a mi mail sara.poblete.h@gmail.com


Un abrazo y recuerden seguir las medidas de precaución para evitar contagios
Sara Poblete Hamann
Psicóloga Colegio Paula Vivanco

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